Ayuda Vital 2- Fortalecer lo Psicofísico

La fortaleza física fortalece la mente, la debilidad física debilita la mente y viceversa. Aquí entra el juego el Yoga para Sanar.

Está demostrado que en el cáncer, la actividad física para reoxigenar y fortalecer el cuerpo es primordial y complementaria al tratamiento tan agresivo e invasivo que supone la quimioterapia, la radioterapia y operaciones varias.

La metodología de Yoga en la enfermedad:

1. Posturas
2. Respiración
3. Meditación y consciencia
4. Relajación

Estos cuatro elementos se encuentran en una clase de Yoga completa, junto con una relajación inicial, la secuencia de posturas, ejercicios de respiración, meditación y relajación final.

Aquí mismo te ofrecemos prácticas online, prueba una clase para principiantes:

1. Posturas: 

 Al practicar Yoga comprendemos una serie de âsanas / posturas tanto en estático como en movimiento. Durante la práctica de Yoga se van a notar beneficios físicos y terapéuticos, de igual magnitud.

De los 28 meses que llevo enferma, aproximadamente 10 meses los he pasado en cama. La fatiga crónica ha sido el peor enemigo al debilitar la mente y afectar anímico (tristeza, desolación, insomnio, irritación, ansiedad).

El Yoga contribuye directamente:

  • a fortalecer el sistema inmunológico.
  • a estimular y equilibrar todos los sistemas corporales: respiratorio, nervioso, hormonal, linfático, circulatorio, digestivo y de eliminación.
  • a manejar el dolor, el miedo y la ansiedad.
  • a desintoxicar.
  • a mantener la masa muscular que perdemos durante la enfermedad.
  • al bienestar general. Nos empodera y ¡te verás y sentirás mejor dentro y fuera!

Categorizo aquí los tipos de posturas que nos favorecen en la enfermedad y que se practican en las clases de Yoga:

  • Las posturas de torsión promueven la desintoxicación y la eliminación.
  • Las posturas de recogimiento brindan calma, suavidad y compasión.
  • Las posturas de apertura cultivan la aceptación y la entrega.
  • Las posturas de fuerza proporcionan el empoderamiento.

El Yoga se adapta a las personas, y no las personas al Yoga. Puedes encontrar clases a tu medida: desde Yoga Restaurativo, Yin-Yoga, Yoga Terapéutico a Hatha Yoga de diferentes niveles. La clave es que sientas sintonía con el profesor y que él comprenda cuáles son tus necesidades dentro de tu capacidad física. Ten en consideración que debe ser un profesor de Yoga certificado por la Yoga Alliance.

2.Respiración

Respirar es sencillamente el acto de mover aire dentro y fuera del cuerpo oxigenando nuestras células para que crezcan, se mantengan sanas y vivas.

La respiración en el Yoga mantiene la mente y el cuerpo unidos, siendo la base y el origen del Yoga. Si nuestra respiración se altera, nuestro cuerpo se desequilibra.

La respiración es libre y diferente en cada persona. El Yoga nos conduce a su escucha, a su sentimiento y a su observación, dejando que ocurra por si sola, pero siendo consciente de ella: ¨Respirando siendo respirado¨.

En Yoga, el profesor te ayuda a observar, acompañar y permanecer en tu respiración. Su complejidad se halla en permanecer consciente de tu respiración durante la realización de la secuencia de posturas, observando la duración de la misma, al inhalar, al exhalar y al pausar. La respiración lidera en la práctica de Yoga, nos conduce en la coordinación de las posturas, establece el ritmo a seguir por tu cuerpo.

En la enfermedad conocer íntimamente nuestra respiración es ganarte un gran aliado.

La respiración aumenta la vitalidad física y la mente se vuelve más espaciosa y agradecida. ¡Sal a respirar aire fresco!, abre una ventana, extiende los brazos y toma 3 respiraciones amplias y completas. Y podrás testificar que la sensación de claridad mental y de energía renovada en el cuerpo es inmediata. Ahondando más en este acto milagroso, las vibraciones más ínfimas en el cuerpo se hacen evidentes. Son como una corriente testificando que eres todo vida, forma y energía. Y cobrará más relevancia la fortaleza del Yoga para Sanar.

¿Cómo me ayuda la respiración a aliviar el dolor?

Reconocer nuestra respiración y cómo se altera dependiendo de nuestro estado cumple un rol significativo cuando hay dolor, independientemente de su magnitud.

Cuando llega el dolor, mantenernos centrados en la respiración nos ayuda a no provocar un estado de ansiedad o pánico.

La respiración en el dolor nos mantiene conscientes de lo que está ocurriendo. Recuerda que de la respiración forman parte los gemidos, los suspiros, el soplo, los gritos y los sonidos, por ejemplo exhalar con la S o exhalar con la M. Enfocar la mirada en un punto y llevar las palmas de tus manos o unas manos amigas acariciando la zona de dolor resulta milagroso. Las manos son la zona del cuerpo que más energía acumula. Cuando en quimioterapia padezco de tránsitos dolorosos mi madre o mi marido me acarician la zona del abdomen y el dolor disminuye.

Los siguientes dos ejercicios que propongo aquí son sencillos. Con ellos te acercarás a tu propia respiración, aprendiendo a observarla, descubriendo su gran potencial y los efectos directos tanto en el cuerpo como en la mente. Recuerda siempre que el dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

La respiración prolongada:

Sentad@ con la columna larga, con un apoyo si es necesario, o tumbad@ boca arriba con los brazos a lo largo del cuerpo y las piernas un poco separadas. Comienza observando cuánto tiempo dura la inhalación y cuánto tiempo dura la exhalación. Quizás tu inhalación dure tres tiempos y tu exhalación cuatro tiempos. Iguala ambas, y progresivamente aumenta el tiempo 4:4 a 5:5, hasta donde te sientas cómod@ y tranquil@. La respiración prolongada nos equilibra, liberando la mente y suavizando el cuerpo.

La respiración en tres partes:

Tumbad@ boca arriba, con apoyos si lo deseas, colocas las palmas de tus manos sobre tu vientre. Siente la respiración debajo de tus manos. Comienza tomando una inhalación completa y al exhalar suelta una tercera parte del aire y pausa, exhala otra tercera parte del aire y pausa, termina de exhalar todo el aire que queda y pausa. Permite que tu inhalación entre naturalmente en tu cuerpo sin esfuerzo, de manera suave y serena. Repite el ejercicio. La respiración en tres te brindará calma y sosiego.

Evito mencionar ningún pranayama en particular. En un proceso de cáncer y de enfermedad, lo más importante es tomar consciencia de la respiración y permitir que fluya cómo quiera y dónde quiera, realzando el papel del Yoga para Sanar.

collage mujeres practicando yoga para sanar

Raquel Webb practicando Yoga

3.Meditación y consciencia 

 Tanto en las posturas como en la meditación, el Yoga cultiva la expansión de la consciencia, o lo que viene a ser lo mismo, el crecimiento personal.

Me gustaría comentar lo siguiente:

El cerebro no puede distinguir las diferencias en el ambiente en el que está

En la meditación, el cerebro segrega hormonas asociadas al estado de ánimo de la motivación (la serotonina) y del estado de placer y felicidad (la endorfina). Este proceso ocurre igualmente estando sentado en la playa, la montaña, una habitación, en la oficina, o enfermo o en plena salud.

La meditación es un proceso, la clave es conquistar un momento para ti y sentarte

Una vez que comiences, vendrán los pensamientos: ese es el trabajo de la mente, pensar. Es importante permitir que los pensamientos vengan, evitando irse lejos con un pensamiento concreto, volviendo una y otra vez a la respiración y a las sensaciones físicas. No te desanimes, es natural sentir que el progreso va lento. Recuerda, lo esencial es permitir y ser benévolo con uno mismo.

Meditación en la Respiración:

Sentado, con la espalda alargada, mantente 5 minutos sintiendo la respiración. Cómo entra por tus pasajes nasales, cómo sientes el aire y hasta dónde lo sientes entrar (garganta…). Ahora lleva la atención a la exhalación, cómo sientes el aire pasar y hasta dónde sientes el aire salir. También puedes observar el movimiento en tu abdomen y pecho, ¿dónde nace y dónde termina tu respiración?

Meditación para Nutrir el Alma:

 Conectando con tu cuerpo a través de la respiración, te transportas hacia un momento en tu vida, quizás inclusive de niño, donde hayas experimentado una paz y un equilibrio absoluto, en el cual estabas situado en el momento presente disfrutando de cada segundo. Observa las sensaciones y percepciones que esto te brinda: de olor, de oído, de sabor, de visión, inclusive de tacto. Puede que sientas un espacio ilimitado, sin forma, donde reinan la calma y el sosiego absolutos…Contempla esto. Culmina trayendo tus palmas juntas al pecho.

Meditación Plena Atención:

En un parque, campo o playa, de pie y descalzo. Separa los pies ligeramente, repartiendo bien el peso entre ambos pies y alarga tu columna. Siente el aplomo de tu cuerpo sobre la tierra y esa primera sensación cuando tus pies tocan el suelo, césped, arena o tierra. En tu siguiente inhalación comienza a dar un paso, lentamente, observa todo lo que ocurre en este proceso. ¿Qué partes de tu cuerpo se mueven primero?, ¿cómo se traslada el peso? y ¿qué ocurre en tu respiración? Ve dando pasos testificando el propio acto y todo lo que se produce por fuera y por dentro de tu cuerpo.

Todo movimiento y acción en atención plena desarrolla lo que se llama la consciencia sensorial y permite un diálogo más honesto con todo el cuerpo.

Meditación antes de operaciones o intervenciones:

Tumbado o sentado en la camilla misma del hospital. Inhalas y visualizas un rayo de luz, blanca y radiante que entra por la parte alta de la cabeza, y al exhalar sale por la parte inferior del cuerpo (columna base o pies). Lo realizas algunos minutos estando centrado en el ritmo respiratorio y la visualización. Seguidamente trasladas la sensación de equilibrio y calma en forma de energía hacia todo el equipo médico del hospital. Finalmente das las gracias a tus antepasados, gracias a ellos estás aquí hoy, a tu guía que reside en tu interior, a las personas que te rodean, a los médicos y das las gracias a la esencia por encima de todas las cosas.

4. Relajación

 La melatonina es la hormona indispensable que segregamos en horas de sueño y en relajaciones profundas y tienen un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico.

En Yoga aprendemos a relajarnos. El profesor te acompañará y llevará tu atención a la respiración, el cuerpo se va soltando y la actividad mental se aquieta.

Hay varios métodos de relajación y el proceso de entrar en un estado de relajación es en todos similar y es progresivo. Dentro de las diferentes relajaciones distingo el Yoga Nidra ¨el sueño lúcido¨. Es una relajación guiada en el cuál se entra en un estado meditativo y tiene unos efectos muy profundos y prolongados. Para procesos de enfermedad recomiendo Yoga Nidra, puesto que combate el insomnio y estimula el apetito, reforzando el sistema inmunológico.

Experimentando con la relajación he encontrado que me ayuda al igual que con la meditación, a desconectar, comprendiendo mejor la actividad mental. He podido observar que los pensamientos negativos suelen venir más a menudo cuando estoy cansada o sensible.

De este artículo quédate con la metodología de Yoga en la enfermedad y la importancia del Yoga para Sanar. Habrá días donde no querrás o no podrás hacer nada y, con sólo unas respiraciones conscientes habrás conquistado una parcela de ese día para ti mismo. Sólo podemos caminar mil kilómetros comenzando por un pasito.

R.W.

Responsable de la EIY en Cádiz y Sevilla
Formadora de Âsana
Profesora de Hatha Yoga