El Movimiento de la energía a través de Pranâyama es uno de los temas más importantes del Yoga. La respiración es una de las principales fuentes de energía vital de nuestro cuerpo; mover de forma consciente las partes del cuerpo que intervienen en el proceso respiratorio –  la caja torácica, el abdomen- así como regular el flujo de aire entre una fosa nasal y otra, hacer repeticiones de retención de aire y aplicar distintos niveles de energía en la entrada y salida de la respiración son algunas formas de prácticas yóguicas sobre Pranâyama.

Este “control” o “manejo” del flujo de aire a través de nuestro cuerpo, tiene un reflejo directo en nuestra mente. De ahí la relación innata entre la mente y la respiración; relación de la que muy pocas veces somos conscientes. La respiración refleja nuestro estado mental pudiendo influir en nuestro pensamiento. Teniendo esta información podemos dar el siguiente paso: actuar para mantenernos en equilibrio, en un balance energético desde el aspecto más sutil al más común de nuestro ser.

Aunque es posible encontrar variantes, según los maestros y escuelas, las principales técnicas respiratorias asociadas a la energía corporal están bien definidas: Pranayamas como Nadi Sodhana, conducen a un estado de equilibrio (se realiza respiración alterna), mientras que Kapalabhati, por ejemplo, resulta muy estimulante.

A pesar de la gran cantidad de información disponible, a veces resulta complejo adaptar las técnicas a las necesidades propias en cada momento. Este aspecto es tan importante como la propia técnica, ya que de la misma forma que puede favorecer nuestro sistema puede entorpecerlo.

Al igual que ocurre con las âsanas, que somos capaces de adaptarlas a persona con distintas capacidades o características, la adaptación del Pranâyama también es posible mediante la atención consciente en las necesidades que requiere cada persona en un momento concreto. Es decir, no todas las prácticas de Pranayama resultan beneficiosas para todos. Incluso un mismo ejercicio puede ejecutarse con variaciones sencillas dando lugar a resultados muy distintos.

La escucha activa del cuerpo y de la mente durante el Pranâyama y el entendimiento de los aspectos que mencionaremos a continuación, permitirá realizar cambios conscientes que conduzcan a una práctica armoniosa dirigida y conectada con nuestro ser interior.

Aspectos a tomar en cuenta en la energización del cuerpo

Inhalación – exhalación: Si se enfatiza la inhalación el Pranâyama resultará más activo, mientras que si se da más tiempo a la exhalación los efectos serán más relajantes. Para obtener equilibrio y balance se recomienda igualar los tiempos de inhalación y exhalación.

Pausas con los pulmones llenos (o vacíos): Al principio se pueden omitir las pausas, o bien reducirlas a un par de segundos. Cuando las inspiraciones son profundas se recomiendan dos o tres segundos de pausa (al menos) a fin de evitar la hiperventilación. Las pausas pueden ser más prolongadas a medida que se profundice en la práctica. Estos momentos son muy especiales para los yoguis por la forma en que se moviliza la energía y se activa la conciencia interna.

Velocidad de entrada – salida de aire:  A mayor velocidad, mayor actividad, mayor energización. Prolongar la salida del aire (realizar el proceso más lentamente) tiene efectos relajantes. (Cuidado con la hiperventilación).

Profundidad en la inhalación – exhalación:  La respiración puede ser natural (sin forzar) o forzada, dando amplitud a la misma y vaciando por completo los pulmones. Si se retiene el aire con los pulmones llenos puede ser recomendable no tomar todo el aire que se pueda (sólo un poco antes de la máxima capacidad) para facilitar la retención. (Cuidado nuevamente con la hiperventilación).

Zonas de respiración: En general no se busca forzar que la respiración sea abdominal, torácica o completa, pero en algunos ejercicios concretos será necesario dirigir la respiración hacia alguna zona concreta para obtener unos beneficios específicos.

Continuidad en la entrada – salida de aire: Algunos Pranâyamas (Pratiloma, Viloma) requieren una inhalación o exhalación fraccionada, en varios tiempos. Son Pranâyamas más avanzados.

Activación de puntos energéticos: Los bândhas se usan para trabajar con la energía que se moviliza con el Pranâyama. Hay Pranâyamas a los que se les puede añadir estos bândhas a medida que la práctica personal evoluciona.

Exhalar por la boca: En algunos Pranâyamas se respira por la boca para obtener unos efectos concretos. En ocasiones puede ser conveniente soltar el aire por la boca incluso haciendo un suspiro. Esto puede ser una forma para expresar la carga emocional y liberarla.

En caso de….

Obstrucción de una fosa nasal: A veces este hecho nos dificulta o incluso nos impide la realización del ejercicio. Puede haber varias soluciones al respecto:

  • Hacer una limpieza nasal con una lota (Neti Kriya): Tumbarse del lado contrario del orificio obstruido durante unos minutos. Hay incluso alguna técnica usada en swara yoga basada en efectuar presión sobre ciertos ganglios linfáticos. Se puede forzar la respiración por el orificio taponado durante unas respiraciones para que se libere. Si no hay más remedio, realizar otro Pranâyama respirando por la fosa despejada y/o por la boca. Hay ejercicios muy efectivos sin tapar las fosas nasales.

Durante la práctica de ejercicios respiratorios la hiperventilación es un aspecto importante a vigilar. Ocurre, normalmente, cuando se respira con demasiada frecuencia e intensidad, tomando más aire del que el organismo necesita. Es por esta razón que, si la práctica de Pranâyama que se realiza, es profunda y enérgica, conviene hacer pausas necesarias para que no se tome más aire del necesario.

Por lo tanto:

También es importante saber que, por sus efectos y su dificultad de ejecución, habrá Pranâyamas más o menos avanzados, por lo que esta práctica debe ser progresiva. Para practicar determinados Pranâyamas de mayor nivel se debe esperar hasta después de haber profundizado los ejercicios básicos, además de seguir las indicaciones de un profesor cualificado.

Antes y después de realizar ejercicios de Pranâyama es conveniente preparar el cuerpo mediante âsanas, estiramientos para poder mantener una buena postura, y facilitar la libertad de movimiento de nuestra caja torácica.

La mayoría de los Pranâyamas se practican sentados, con el tórax libre para su correcta movilidad. Padmâsana o Sukhâsana serán ideales, pero también se puede practicar sentado en una silla (con libertad en el tórax), y otros determinados ejercicios se podrían hacer tumbados en el suelo.

En algunos Pranâyamas se usan los dedos de la mano para tapar las fosas nasales. La posición más adecuada para este fin es Vishnu mudra, también llamado Prana mudra.

El dedo pulgar tapa la fosa nasal derecha, y el anular y meñique tapan la izquierda.

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