¿Cómo se creó la Escuela Internacional de Yoga? Hablando de Yoga con… Mayte Criado. La directora y fundadora de nuestra Escuela Internacional de Yoga, Mayte Criado contesta a la pregunta: ¿Cómo se creó la Escuela Internacional de Yoga?. Nos comenta:

«La EIY se crea en mi mente desde que pretendo ser profesora de Yoga, también desde el momento en que todo yo mis propias formaciones y me dejan algunas lagunas y algunas inquietudes en relación por ejemplo al conocimiento del cuerpo humano. Esto tuve que aprenderlo fuera del ámbito del Yoga, aunque hoy en día está todo el mundo muy interesado en la anatomía del Yoga, está de moda. Pero cuando yo empecé y comenzó mi idea de tener una escuela, esto era más bien pionero y novedoso.

Las inquietudes formaban parte más bien de qué practicar, o de qué pensar dentro del ámbito del yoga, a qué tipo de creencias unirme o abrirles la puerta, etc.

Todas las escuelas en las que estuve estaban adheridas a un linaje concreto, a un estilo de practicar concreto, con nombre y apellidos, luego más tarde incluso con una marca que pretendía ser registrada, o que nadie tocara… escuelas llenas de protocolos, formas de meditar, de practicar âsana, de hacer estas técnicas en lugar de aquellas, estas son válidas, estas no lo son… también inquietudes en esto de qué filosofía avalaba esa escuela o ese centro, o que manera de pensar, que sistema de pensamiento había detrás.

Y esto es muy tradicional en el mundo del Yoga, lo normal es que una escuela, un centro, y evidentemente una formación de profesores de Yoga esté vinculada a una historia, a una estructura con un tipo de experiencia y un sistema de pensamiento.

En mi mente había la inquietud de crear algo, no digo contrario sino diferente, donde realmente lo importante no fuera a quién estoy adherido, a que linaje pertenezco, a qué maestro específico he seguido, ni que práctica concreta estoy desarrollando, y por lo tanto que tipo de protocolos estoy siguiendo… Estas inquietudes y vacíos generaron en mi la idea de poder crear una escuela de otra manera, de otro tipo, con otras referencias y por supuesto abierta a evolucionar, a integrar.

Comencé con esta idea muy enraizada dentro de mi propio ser, y allí ya se fueron uniendo personas a lo largo de los años que luego también han querido cultivar junto a mi esta maravillosa forma de conducirse en el camino del yoga, hasta llegar al día de hoy que la Escuela Internacional de Yoga es una escuela que ya no soy yo, en primera persona, sino que está formada por un equipo de gente incluso con mejores y más conocimientos del que yo haya podido adquirir en mi experiencia, gente que aporta muchísimo de sí misma, que cultiva y genera lo que hoy en día es la escuela, a todos los niveles: a nivel formativo, a nivel de las prácticas, a nivel de lo que enseñamos, de lo que transmitimos, de lo que compartimos… A todos los niveles.»