Las 3 Ayudas Vitales del Yoga en la enfermedad

¿Cómo observar? ¿Cómo puedo aliarme? y ¿Cómo puedo transformarme?

Antes de entrar en este tema, quiero compartir con vosotros lo que entiendo por Yoga.

El Yoga es una práctica física, es una práctica mental y simultáneamente con ello ocurre un crecimiento interior, que para algunas personas puede definirse como espiritual. Puede decirse que es Yoga para Sanar.

Hoy en día existen diversos estilos de Yoga, y lo que tienen en común todos es el aspecto de la unión con uno mismo y el entorno, en cuerpo, mente y espíritu. Básicamente, el Yoga es un modelo de vida libre, donde las posibilidades son infinitas y adaptables a cada persona. Siendo un modelo libre, la estructura que pueda existir en cada práctica sirve únicamente para guiarnos, integrando el cuerpo y la mente. El Yoga puede influir en la relación con uno mismo, con los demás y con el entorno.

A raíz del cáncer he llegado a sintetizar 3 ayudas vitales en la enfermedad gracias a la propia vivencia y experiencia tanto como profesora como practicante de yoga:

  1. La observación.
  2. La fortaleza psico-física.
  3. La nutrición y la luz.

Estas ayudas que proporciona la práctica del yoga lo puede abordar cualquier individuo aunque el enfoque es para personas como yo que conviven con una enfermedad, sea curada o no, dándose importancia al Yoga para Sanar.

Ayuda Vital 1- La Observación:

Como expliqué en el primer artículo, vivenciar algo traumático (accidente, muerte de un familiar o enfermedad) nos devuelve a nuestro centro, observando y sintiendo desde la identidad propia. Se trata de una oportunidad para tomar consciencia de uno mismo. Se abre en nuestra mente un panel observador en el cual te conviertes en el testigo de tu vida, y la comienzas a ver como una película delante de tus ojos.

¿Cómo observar y el qué?

 Como he explicado anteriormente, esto puede ocurrir de manera espontánea sin darte cuenta casi, o a través de la voluntad. Sencillamente observas como piensas, cómo hablas, como comes, como caminas, como respiras, como manejas situaciones de diferente índole, como eres con las personas queridas, con los desconocidos, con el entorno, etc. Observas desde el amor y el respeto, dejando a un lado la autocrítica o el análisis.

En este ámbito, el Yoga ayuda a desarrollar la observación y la plena atención también conocido como mindfulness, que se practica de manera explícita guiado por un profesor y progresivamente el alumno lo integra.

La Observación & la Escucha:

 La observación afina la escucha interior y la respiración es una excelente puerta de entrada. El aprendizaje de la respiración es el eje central de la práctica de yoga y una parte importante de la sanación interna. La respiración sujeta el cuerpo y la mente unidos y de ahí que tiene un gran impacto en ambos. En yoga descubrimos como nuestro cuerpo respira y como la respiración está conectada al sistema nervioso, la mente y a las emociones.

Desde esta atención en la respiración y a las sensaciones físicas, poco a poco se viaja hacia las sensaciones más sutiles del cuerpo, por ejemplo los pálpitos del corazón o la corriente sanguínea. Aprendemos a sentir lo que es estar en nuestro cuerpo y poder observar las emociones y entender que éstas vienen y van. Esta observación se traduce en vivir en un estado más presente y constante en el día a día. Llegamos a comprender que entre un estado emocional y otro hay estados de calma y estados neutrales, como si fuera un espacio que de tanto en tanto se llena de alguna emoción o estado anímico.

Quizá en un punto comienzas a vivir las emociones sin darles tanta importancia, al realmente comprender que son pasajeras, afectando tu cuerpo exterior pero menos a tu cuerpo interior. El Yoga nos acompaña en este proceso y va trascendiendo a nuestra vida cotidiana de forma progresiva. Vas tomando consciencia de cómo te comunicas contigo mismo y de como te tratas. Quizás observes que hay cosas que realmente admiras de ti mismo a la vez que hay otras que deseas mejorar y transformar.

La percepción de nuestro cuerpo interior con la práctica de Yoga se agudiza y continúa más profundamente hacia una conexión con el alma. Deseo compartir la siguiente metáfora que me ha brindado mayor comprensión: El alma es como el océano, y el cuerpo como la ola del océano. La ola está en movimiento, se altera y se calma, va y viene… Pero el océano siempre está, constante e indivisible. Los primeros días de la noticia del cáncer estaba en un estado de choque, consciente de ello, podemos decir que las olas desbordaban dentro y fuera de mí una y otra vez y al rato poco a poco la calma volvía a mi mente y a mi cuerpo. El estar consciente de que los diferentes estados emocionales son pasajeros y por lo tanto que tu vida no es el estar en una crisis emocional permanente, es fundamental para ganar en confianza en ti mismo y seguir adelante.

La Observación & la Aceptación:

 Cuando entra una enfermedad en nuestra vida comenzamos a reflexionar sobre ello: el por qué me tocó a mi y cuál es el propósito de la vida. Probablemente estas 2 preguntas las hemos hecho el 100% de los que padecemos una enfermedad seria.

Vivimos dentro de unos sistemas sociales que incluyen el matrimonio / vida en pareja, el trabajo, la casa. En ellos adoptamos roles determinados: Rol de padre o madre, hij@, trabajador, espos@, etc. Si una enfermedad ha llamado a nuestra puerta probablemente hay algo en alguno de estos sistemas que no fluye, y creo que es importante hacerse esta pregunta. Como he comentado anteriormente, el cáncer de por sí rompe con un equilibrio que existe hasta ese momento y puede resultar en un punto de inflexión, como lo fue y es para mí. La capacidad de observación que se adquiere en la práctica de yoga puede ayudar a des-cubrir qué es lo que no fluye en uno mismo (el aspecto interior) y en la vida / entorno (el aspecto exterior).

Cada persona puede tener un propósito individual que le motiva en la vida pero en el gran sentido, el propósito de la vida es el crecimiento de cada uno, y nace de cada persona.

Durante la mayor parte de mi vida, entre los 25 y 40 años, me daba mucha importancia y había construido un ideal de persona con la intención de conseguir y demostrar lo que fuera, ¿para qué y para quién? … Viviendo en una gran ciudad como Madrid, con sus presiones sociales y competitividad el convertirte en una superwoman es casi inevitable. Siempre había pensado que podía ser mejor, que podía demostrar aún más y que siempre el arco iris es más bonito en el otro lado. Cuando todo lo que tenía que ser, ya era, y todo lo que tenía que haber, ya estaba.

Y, ¿cómo se puede aceptar una enfermedad como por ejemplo el cáncer?

Meditando sobre esta pregunta descubro que se acepta desde el corazón, el alma, y luego, aunque más difícil, desde la razón y la comprensión. ¡Lo acepto cada día porque me olvido de que está! Sencillamente vivo, soy consciente de que está pero no dicta ni afecta mi ser. Ya no es el protagonista que fue los primeros meses. La comprensión desde la mente es más difícil porque buscamos razones y respuestas claras, y en muchos casos como el mío no existe una respuesta clara; El por qué con 41 años comencé a desarrollar un tumor maligno en el colón. La aceptación viene desde un acto de rendición que viene del amor.

Lo acepto para poder ahora sanar y el yoga me ayuda cada día entregarme a este nuevo giro en la vida.

Prácticas que ayudan a la Observación

Con lo escrito hasta aquí estoy segura puedes apreciar que el Yoga es algo que va más allá de lo físico, contagia la actitud que podemos tener hacia uno mismo, y de aquí nace la aceptación que se pone en práctica en lo cotidiano y en situaciones extraordinarias como es esta misma, el cáncer. Y lo más maravilloso es que sin darte cuenta lo irradias a tu familia y a tu entorno.

Dentro de los beneficios del Yoga y sus aspectos está la observación y las siguientes prácticas nos ayudan en desarrollarla.

Los ejercicios de yoga y posturas de yoga reoxigenan la mente. Y ello mantiene la mente vital y enérgica, produciendo positividad, claridad y voluntad en la enfermedad. El profesor de yoga ante todo te va a guiar en cómo observar tu cuerpo dentro de la postura. Si vives con cáncer y tratamientos largos y dolorosos, como es mi caso, el yoga Restaurativo y yin yoga es el que te recomiendo.

La meditación siempre comienza con la observación, esto beneficia la concentración, la aceptación y el empoderamiento en la enfermedad (desde su misma aceptación a los efectos varios, dolor, ansiedad, etc). Encontré que es muy importante crear un pequeño lugar en una habitación con símbolos afectivos y de admiración, como puede ser una vela, flores, un ornamento o fotos. Al crear un espacio físico personal y sagrado, esto propicia el sentarse con uno mismo y pausar, la meditación es una pausa y comienzas por solo unos minutos. Durante muchos años cuando oía la palabra meditación me parecía algo inalcanzable, algo solamente accesible a los más inteligentes y ágiles. Desde mi experiencia propia, la meditación es un ejercicio de concentración. Más adelante compartiré las meditaciones que me ayudan, desde meditaciones guiadas, meditaciones con visualización hasta meditaciones sencillas sobre la respiración, sentada, caminando, de pie, e inclusive tumbada. En este blog pondré varios y tú podrás elegir cual te conviene, te gusta o te ayuda más.

La relajación beneficia al soltar el cuerpo, ralentizar la mente y a entregarnos por completo. La relajación es un estado de total observación. Se realiza al comienzo y al final de una clase de yoga. El Yoga Nidra «el sueño sin sueño» es una relajación y meditación guiada muy profunda, con efectos prolongados. En mi proceso de enfermedad lo practico y lo recomiendo una vez por semana. Si deseas saber más sobre ello me puedes escribir.

Mudra, gesto o posición de manos (y cuerpo) promueve la observación a través del enfoque mental y seguidamente cultiva una actitud interior específica. Por ejemplo Anjali Mudra, que es un gesto universal, trayendo las palmas juntas delante del pecho, centra la mente y cultiva sosiego y paz interior. Encuentro que un mudra es una herramienta de yoga radical, tiene el poder de conectar la mente en el instante.

La entonación de Mantras / música / sonidos mantiene la mente centrada, ayuda tanto a enfocar como a evitar que entre en una espiral nociva de ansiedad y miedos. ¡Alimenta tus células con sonido y palabras cargadas de valor y positividad! Es un hilo salva-momentos en las situaciones difíciles, inclusive de insomnio, de dolor y de estrés. Cuando al principio me dominaba la desesperación, una vez me encontré sola durante un rato porque me tenía que preparar para ir al hospital y conocer mi oncólogo, el corazón se me encogió y repetía «no quiero morir, no quiero morir» entre lágrimas, me senté en el suelo mirando por una ventanita donde veía un trozo de cielo y me agarré a un mantra y no lo solté hasta que sentí sosiego. En dos ocasiones mientras me colocaban el catéter intravenoso e intraarterial (pequeño aparato por el cual se inyecta la quimioterapia), entonaba mantras que me mantuvo tranquila en momentos de mucha tensión y angustia al sentir los tubos, agujas, tirones y escuchar los médicos hablar.

29.06.16 - ApoyoVital2

Raquel Webb practicando Yoga

¿Cómo tratar la negatividad en la enfermedad? Yoga para Sanar

Cuándo enfermé, la negatividad era un estado anímico que me apoderaba y me preocupaba mucho, además estando yo misma en yoga ¿como podía ocurrirme esto?, cuando sabía perfectamente que la reacción sobre una situación, y más aún el efecto sobre uno mismo produce consecuencias. Me imaginaba lo peor, pues me enterré unas cuantas veces, hice varias listas de invitados y ¡hasta elegí la música! (me río…) Aparte, de que esto, es el ego de mil diferentes maneras y es natural, me preguntaba ¿cómo puedo frenar estas visualizaciones tan vívidas que me crean angustia?

Muchas veces entramos en esta espiral nociva de pensamientos, es evidente y normal, y debemos aceptarlo y no darle más importancia de la que tiene, ahora sí, leer los mantras, la meditación y toda práctica del Yoga en sí nos ayudan a observar los pensamientos, permitiendo que vengan, dejándolos pasar y soltándolos. Si viene un pensamiento que te atrapa observa hasta donde te lleva y tú decides cuando vuelves a tu respiración y las sensaciones corporales. Si no es posible esto, podemos entonces rendirnos, vaciándonos de la ira o del miedo o lo que sea, creando así un espacio. He estado aquí muchas veces, y es indescriptible, es un acto de amor hacia ti mismo, con pataleta incluida, pues sí. Algunas veces podemos dejarnos «morir» un poquito para luego Vivir.

Podríamos también decir que muchas veces el miedo a morir nos previene del vivir. Vivimos ciegos dentro de los roles que creemos que nos hacen más fuertes para cumplir con lo que creemos se espera de nosotros; detrás de la anulación está el miedo que nos atrapa (desde el miedo a lo que pueda pensar el otro de nosotros hasta el miedo a la inseguridad afectiva, económica, etc) pero no somos capaces de verlo porque estamos actuando de lleno en los roles. En concreto nos desenvolvemos en el existir desconectados añadiendo más y más capas para identificarnos con lo externo y con las emociones y no con quien realmente somos.

Pienso que el ser humano es un artista del sufrimiento, porque vivimos nuestra vida en anticipación: «Y si…esto… Y si…lo otro», y nos prevenimos de vivir, simple y llanamente dejando nuestra persona alumbrar. El vivir conscientemente también es abrirse ante lo que el día te propone. Es una actitud: te puedes levantar de la cama y decirte «hoy voy a ser feliz» o te puedes levantar refunfuñando. Pruébalo y observa lo que ocurre en esos días con estas distintas actitudes.

En este momento quizás te preguntes: ¿Y me tengo que pasar todo el día observando y testificando cada cosa que siento, pienso, digo y hago? No. Con yoga se aprende a observar de forma neutral. Al principio puede resultar cansino pero rápidamente se convierte en algo espontáneo, y solo evidencias los resultados.

Te dejo hoy con esta práctica: obsérvate en tu siguiente situación de conflicto, observa: ¿De dónde viene (zona cuerpo / mente) y dónde se manifiesta (zona cuerpo / mente) la emoción de furia, miedo, angustia…  Permite reflexionar sobre ello sin juicios ni análisis.

 Por último, te animo al estudio de libros de aspecto filosófico y espiritual que ayudan a integrar mejor los conceptos más profundos sobre la vida y nuestra trayectoria entre nacimiento y muerte, el antes y el después. Hay dos libros sencillos que te puedo recomendar es Juan Salvador Gaviota de Richard Bach y El Principito de Antoine Saint-Exupery. Leer estos libros en diferentes momentos de la vida es revelador. Al final de mi blog pondré una lista de los libros que más me ayudan.

De este artículo quédate con que a través de la observación en la práctica de yoga y la aceptación te alías contigo mismo y con la enfermedad. Ganarás mayor comprensión y una transformación comienza.

En el siguiente artículo sobre Yoga para Sanar, explicaré la Ayuda Vital 2, la fortaleza psico-física, y entro de lleno en Prácticas de Yoga específicas.

R.W.

Responsable de la EIY en Cádiz y Sevilla
Formadora de Âsana
Profesora de Hatha Yoga