Consejos prácticos para tener más consciencia en la vida, así como en la práctica de yoga

Cuando practicamos âsanas podemos aprender a estar presentes con la incomodidad o intensidad producida. A través de la respiración aprendemos a estar presentes con nuestro cuerpo que cambia constantemente.

De igual forma aprendemos a estar presentes con nuestros sentimientos y sensaciones corporales, tal como son. Sentimientos y sensaciones que también se reflejan en nuestro cuerpo en el día a día durante nuestras relaciones con los demás en momentos también de “incomodidad” o “intensidad”.

La práctica de Yoga nos permite desarrollar una respuesta no reactiva aprendiendo a percibir las sensaciones corporales y de nuevo volver a la respiración. Cuando se trata de sensaciones corporales de agitación o irritabilidad, es justo allí que nuestra práctica de Yoga ofrece frutos para relacionarlos desde la presencia, la pausa, ofreciendo claridad y ecuanimidad.

La práctica de Yoga desarrolla la buena gestión de aquello que nos incomoda, capacitándonos para gestionar mejor nuestras emociones en relación a los demás con más consciencia, compasión y relajación en lugar de reactividad, tensión o juicio. Cuando nos sentimos amenazados surgen emociones difíciles de gestionar, y tienen muy probablemente su origen en el pasado.

Para romper esos hábitos reactivos que puedan surgir con los demás tenemos primero que ser conscientes de cómo se manifiestan a través del cuerpo. Con el tiempo, ser conscientes nos ofrecerá paciencia y sabiduría en momentos difíciles de convivencia con la pareja, familiares, compañeros de trabajo, amistades…etc.

En la práctica de Yoga y ante âsanas nuevas nos podemos sentir retados, inseguros, puede surgir el miedo. Es una oportunidad de conectar con la respiración y aprender a estar con esas emociones que se activan en el momento de la realización de âsanas a las cuales no estamos acostumbrados – sea el âsana que sea-, así lo mismo con la opinión de alguien sobre algún tema y que nos causa sorpresa o malestar.

Es ese el momento cuando podemos prestar más atención al cuerpo, a la respiración, al proceso fisiológico que nos ocurre particularmente en ese instante… De esta forma estaremos cultivando una nueva forma de afrontar, de estar con aquello que activa emociones incómodas en nosotros brasil-libido.com/.

Observa si hay sensaciones corporales incómodas cuando te relacionas con los demás, observas si te cuesta “estar” con esa sensación, agitación o malestar. Ánclate en la respiración, y permite que esas sensaciones sean y lentamente pasen. Poco a poco estás creando espacio dentro de ti entre estímulo y respuesta; eres más compasivo contigo mismo y con los demás. No te enjuicias, aprendes. En cada relación evolucionamos para “estar bien con aquello que no está bien.”

 

Mindfulness para una Vida Plena: Consejos prácticos para tener más consciencia en la vida, así como en la práctica de yoga.
Publicado en la edición de Julio nº 105 de  Yoga Journal.

Denis Criado