La crisis es siempre una oportunidad. Hemos oído muchas veces esta frase tan hermosa y cierta. Pero ¿Cómo afrontar los problemas que nos causa sufrimiento para que, realmente pueda llegar a convertirse en algo positivo? A veces, la pérdida del bienestar económico y social causa un sufrimiento muy profundo ya que no solamente nos afecta personalmente, sino también a quienes nos rodean, fundamentalmente a la propia familia. Aunque en las circunstancias hostiles sea muy difícil mantenernos optimistas y obtener energía para afrontar el miedo, la ansiedad o el estrés que generan las preocupaciones graves, es bueno darse cuenta de que la crisis siempre trae consigo un cambio. El Yoga puede ayudarnos a tomar consciencia de tal situación y facilitarnos la fe en nosotros mismos. Es el momento de colaborar con nuestros potenciales y abrirles la puerta con confianza.

Estas son algunas de las pautas que nos gustaría conseguir justo cuando parece que todo el universo se ha confabulado contra nosotros:

  • Ser capaces de poner en juego todos los recursos internos de que disponemos para poder sacar a la luz nuestros potenciales.
  • Poder encontrar un sentido positivo a aquello que nos está sucediendo.
  • Confiar incondicionalmente en nuestras posibilidades como seres íntegros y capaces.
  • Sentir el poder que vive dentro de nosotros en vez de que el miedo se apodere de todo nuestro ser.
  • Estar abiertos a reinventarse. Ser creativos y optimistas en vez de dar a las circunstancias externas, el poder de determinar nuestras actitudes y comportamientos.

Para ello, sería muy conveniente seguir, más que nunca, una práctica que integre diferentes aspectos de nuestro ser. A veces es solo cuestión de seguir unas sencillas sugerencias –otras veces, se requiere también poder acceder a una buena terapia-:

  • Procurar mantener el cuerpo lo más en forma posible. La flexibilidad y la fuerza no solamente se obtienen en la mente. Recuerda que el sufrimiento se instala primero en el cuerpo. Así que es fundamental, liberar al cuerpo de tensiones.

PRÁCTICA DIARIA SENCILLA: 6 vueltas del Saludo al Sol – Una postura de torsión (por ejemplo, Jatara Parivartanâsana –tumbados en el suelo boca arriba, dejad caer las rodillas flexionadas primero hacia un lado, girando la cabeza al lado contrario, después de algunas respiraciones, cambiar de lado), una postura de inversión pasiva (por ejemplo, 90º en la pared –acercad las nalgas contra la pared y subir las piernas, respirar tranquilamente durante algunos minutos)

  • Intentar dedicarse unos 10 minutos de relajación total. La relajación tiene como objetivo regenerarse. Si no damos al cuerpo y a la mente la oportunidad de descansar conscientemente, no podremos obtener la fuerza que necesitamos.

PRACTICA DIARIA SENCILLA: 10 minutos. Tumbados boca arriba con algún soporte debajo de las rodillas. Repasar el cuerpo de pie a cabeza y permitir que cada zona se suelte profundamente. Especial énfasis en las mandíbulas y los ojos –pueden taparse-. Permanecer sin objetivos y respirando con naturalidad.

  • Observar, cada tanto, la propia respiración. Permitirse unos segundos para tomar todo el aire posible y realizar un buen suspiro, expulsando el aire por la boca. Los suspiros relajan el diafragma y proporcionan alivio. Concederse 2 minutos para sentir la respiración. Con ello se obtiene cierto control sobre uno mismo y capacidad para auto encontrarse en los momentos necesarios.

PRACTICA DIARIA SENCILLA: 2 minutos. En cualquier situación. Lo más importante es decidir tomarse esos instantes. Hacer un buen suspiro y después, cerrar los ojos con el único fin de sentir que se está respirando. Observa simplemente que hay vida en tu cuerpo! Sobre todo, respira con naturalidad pero siente que lo haces.

  • No descuidar la alimentación. No derivar la ansiedad en el consumo de emociones al límite o de sustancias tóxicas. Es el momento de cuidarse. Más que nunca!.
  • Practicar para transformar el pensamiento y obtener una actitud vital abierta y llena de esperanza. Es la parte más importante: cuidar la mente y renovar la intención. Podemos llamarlo meditación o también podemos simplemente, tomarlo como un reencuentro con nosotros mismos.

PRACTICA DIARIA SENCILLA: 5-7 minutos. Elegir un lugar en el que se pueda permanecer tranquilos. Sentarse cómodamente sobre un cojín e incluso en una silla. Dejar las manos sobre el regazo y cerrar los ojos. Comenzar sintiendo la respiración espontánea del cuerpo. Realizar algún suspiro si se nota algo de ansiedad. Las primeras prácticas pueden servir solo para obtener algo de tranquilidad. Cuando sea posible, añadir resoluciones positivas (soy capaz! Soy feliz! Mi vida tiene sentido! Me siento en paz! Etc…) Más adelante, añadir reflexiones:

¿Cómo me siento en estos momentos de mi vida?

¿Puedo mantenerme en calma ahora?

¿Me puedo visualizar con algún potencial que necesito fortalecer? Voy a intentarlo!

¿A qué le estoy volviendo la espalda? ¿Qué estoy rechazando?

 

 

Mayte Criado

Directora y Fundadora de la Escuela Internacional de Yoga
Profesora de Hatha Yoga y Meditación