Desarrolla una Conciencia Panorámica

Es difícil de creer que tu vida es perfecta a pesar de los paradigmas que tenemos. Pero es así, créeme. Solo falta desarrollar la conciencia más allá de tu mente. La conciencia entendida como los ojos que observas y perciben su realidad:No analiza, sólo observa. Si tuvieras un poderoso telescopio verías que los huecos entre las estrellas están llenos de estrellas. Cuanto más desarrollamos ese telescopio y profundizamos más observamos que las estrellas rellenan esos huecos. Este ejercicio de ampliar y profundizar a través de las “lentes” de la conciencia nos revela algo que nunca antes habíamos visto y poco a poco nuestra intuición se agudiza. Y en nuestra mente, una sensación de descubrimiento y frescura la invade mientras viejos paradigmas se caen.

La mente piensa que, si tuviéramos una pareja mejor, una práctica de Hatha Yoga mejor, un salario mejor, un apartamento más grande, más vacaciones, un coche mejor o una mayor realización espiritual, seríamos más felices. No es nuestro mundo el problema, sino la perspectiva que tenemos de ella. El propósito de la meditación es transcender el paradigma limitante que tiene nuestra mente y así poder anclarnos en una conciencia más amplia y que se extendiéndola a comprensiones más integradoras.

Por ejemplo, si les un libro tu campo visual es reducido, pero si estás contemplando un horizonte, estás abarcando un vasto campo. Si tu atención está focalizada en un punto limitado tu mente estará anclada en viejos paradigmas limitantes que no ven más allá y que hacen de una mente cerrada y cuadriculada, no abierta a escuchar y a explorar. Sin embargo, si tu atención está focalizada en un campo amplio de la realidad tu mente empezará a romper paradigmas y tu intuición empezará a emerger.

Cultiva una perspectiva amplía y panorámica

Los grandes descubrimientos se han “descubierto” fuera del laboratorio. Si caminas por las calles de una ciudad sólo tendrás una visión reducida, pero si sobrevuelas la ciudad tendrás una vista panorámica y contemplarías como están interrelacionadas las cosas entre sí. Por eso los tibetanos se sientan en las cimas de las montañas para cultivar una perspectiva amplía y panorámica; por eso los grandes científicos y filósofos meditaban ya sea en la naturaleza, en círculos espirituales o a través de las artes. Una conciencia no entrenada termina identificándose con la mente que analiza la rama de un árbol y no ve la belleza del bosque. En la vida ocurre lo mismo. La mente tiende a analizar problemas pequeños haciéndolos grandes y se queda atrapada intentando entender; mientras que la conciencia entrenada para ampliar su visión hace que esos problemas no sean vistos como problemas.

Nuevas lentes nos pueden ofrecer una perspectiva más panorámica

Si mi lente es pequeña la perspectiva que tendré de mi conciencia es limitada y por lo tanto mi realidad quedará distorsionada, aferrada a una idea, a una conclusión teórica parcial que se pelea a las tantas otras conclusiones parciales de los demás, tantas como calles en una ciudad para ver cuál es la mejor. Sin embargo, podemos relajarnos y explorar la idea de probar nuevas lentes que nos puedan ofrecer una perspectiva más amplia, panorámica y desde ahí empezar a apreciar las cosas tal y como son, interrelacionadas, e intuitivamente percibimos como todo empieza a encajar, hay un orden aparente, emerge una visión integral y entonces tu vida empieza poco a poco a recobrar sentido.

Tu vida se transformará mágicamente y te enriquecerás de cosas que antes no nos dábamos cuenta al estar “tan cerca”. Hemos optado por focalizar nuestra conciencia hacia un punto más amplio, nuevo, arriesgado y gracias a él contemplamos un orden interior jamás percibido antes, emerge intuitivamente un “ahora todo hace sentido”. Ya no hay confusión, hay claridad.

Poco a poco dejamos de buscar y de evadirnos del momento presente con perspectivas mentales, y empezamos a darnos cuenta al pasear por la calle como la gente está atrapada en un tipo de perspectiva. Poco a poco tomamos la firme decisión de cultivar y desarrollar una visión panorámica y tu identidad se transforma, tu conciencia se amplifica, ya no es parcial, es integral. Empiezas a volar sin alas.

Sentarse en silencio sin tener ninguna preferencia

 La meditación es clave para desarrollar una conciencia integral que nos permitirá agudizar nuestra intuición consciente. Dejamos de buscar experiencias, sean del tipo que sean, y empezamos a vivir la vida tal cuál es porque todo encaja desde “allí arriba”. Permitimos que la vida nos sorprenda, dejamos que fluya, nos hacemos espontáneos, inocentes y creativos con cada persona y situación. Con la práctica regular de la meditación, la ciencia nos dice que el número de conexiones celulares en el cerebro aumenta, resultando en una mejoría general de las conexiones neuronales y de neuro-plasticidad. Y esto fortifica ciertas áreas del cerebro asociadas con conductas positivas tales como la empatía, el altruismo, y la bondad. Muchas tradiciones nos invitan a meditar para que busquemos ese cambio.

Aquí te invito a tener la actitud de la no preferencia. Simplemente nos sentamos, respiramos y nos permitimos profundizar en la naturaleza del “yo”. Ninguna preferencia por estar atento a no atento; por tener una buena meditación a una mala meditación; por tener una postura más tradicional a una menos tradicional; por querer observar pensamientos a no observarlos; por intentar quedarse dormido a no estarlo; por evitar fantasear a no fantasear; por observar la respiración a no observarlo.

Practicar sin tener preferencia quiere decir no tener ninguna preferencia por una cosa o por la otra, por tener una experiencia meditativa mejor o peor con resultados distintos. La no preferencia nos lleva a simplemente sentarnos y respirar con los ojos cerrados, nada más. No hay ningún objetivo a alcanzar por muy sutil que sea, no buscamos hacer la meditación correctamente, simplemente nos sentamos. Esta práctica nos permite relajarnos y anclarnos en la observación y poco a poco la conciencia aumenta, se expande, se desarrolla.

Meditar para aceptarnos como somos

Cuando empiezas a cambiar de perspectiva sobre ti mismo y te siente más íntegro y coherente empezarás a cambiar la perspectiva sobre las personas y el mundo que te rodea. Notarás como poco a poco empiezas a disfrutar de una vida natural y sobretodo inspiradora, amplia y abierta a lo que tenga que venir, sin juicios a ti mismo ni a nadie, guiada por tu intuición. Claro que habrá cambios, pero no los busco porque estoy anclado en la conciencia y no en la mente que busca cambios. La meditación no consiste en alcanzar un estado gozoso o transcendental, tener visiones, ver luces o escuchar sonidos astrales. Tampoco quiere evitar el dolor, la tristeza o el sufrimiento.

La meditación no tiene como objeto que consigas sentimientos agradables o de felicidad. Tampoco se medita para hacernos “espirituales”, no es para que seamos un “gran yogui” o alcanzar las cualidades “buenas” de la disciplina. La meditación de la no preferencia no busca nada, ningún escape, simplemente reconoce que existen todos aquellos paradigmas y observo lo que haya que observar mientas respiro. Todos tenemos la esperanza de cambiar, de ser mejor de lo que somos ahora y llegar a estar en algún otro lugar, pero esa esperanza se convierte en otro escape, en otro paradigma. La meditación que nos toca hacer no está llena de esperanzas, ilusiones y ambiciones. Es una meditación para sentarse, respirar y que acepta tal como somos. Nada más.

La Vida tal como es

La práctica de la meditación nos lleva a la esencia de lo que Buda no dijo a sus estudiantes: “escuchar chicos, este es el plan, si meditas estarás iluminado y serás muy feliz en tu vida”. Sin embargo, si dijo “escuchar, vosotros también no sois felices, ¿verdad? Pues analicemos juntos que significa eso a través de la meditación”. Sus estudiantes empezaron a indagar en aquello incómodo que habita dentro de cada uno de ellos a través de la meditación, aceptando lo que observaban, sin preferencia y así empezaron a desarrollar una conciencia integral.

La ciencia lo confirma: el cerebro está diseñado para integrar distintos estados de ánimo y distintas perspectivas de la realidad. Aquellos estudiantes comprendieron que buscar las experiencias que Buda ya vivió en el palacio con todo tipo de lujos o como un saddhu meditando muchas horas era caer en un viejo paradigma ya vivido por alguien. Ningún lugar al que convertirse o llegar a ser. Empezaron a vivir las cosas tal y como son, sin preferencias, en equilibrio, sin querer cambiarlas o tener un punto de referencia, empezaron a vivir intuitivamente.

Meditar sin buscar nada, desarrolla una conciencia cuya visión es amplia, panorámica e integradora, y con ella se despierta la inteligencia intuitiva. Desde esa visión panorámica es posible integrar la intuición y la lógica. En serio, la práctica de la meditación llenará tu vida de propósito, ampliando tu perspectiva a horizontes impensables, más allá de los viejos paradigmas que han guiado tu vida y que te han limitado haciendo que incansablemente estés en una búsqueda sin fin. La revolución en tu vida está en tus manos, a un paso para que tu existencia viva una vida extraordinaria y empieces a intuir que el mundo está en una simple decisión, y la eternidad en una hora.

Denis Criado
Formador de Mindfulness y Estudios de la Conciencia