Por Mayte Criado (Madâlasâ)

Lo que llamamos Hatha Yoga es, sin duda, un camino de desarrollo personal que propone la movilización de las fuerzas vitales, concentra los recursos del cuerpo para desbloquear y hacer fluir libremente la energía psicofísica fundamental y, facilita el acceso al interior del ser humano a aquello que lo trasciende, procurándole armonía, quietud, fortaleza y seguridad. Aspectos esenciales para una vida cuya dirección es un «Proyecto de Realidad» verdadero dentro de un camino de crecimiento interior.

En realidad, todos los tipos de Yoga que existen persiguen este objetivo fundamental. Aunque sea tomado hoy día como una gran herramienta terapéutica o un medio para redescubrir el cuerpo, el Hatha Yoga se presenta como una vía de educación no del cuerpo, sino a través del cuerpo; no como instrumento de bienestar psicomental, sino como camino de desarrollo espiritual a través de la claridad mental.

La sensibilidad como vía en el Hatha Yoga

Sería magnífico acercarnos a la práctica del Hatha Yoga desde una concepción más coherente con sus fundamentos esenciales. Así, cada practicante podría encontrar, en cualquiera de los numerosos estilos y variadas propuestas que el Hatha Yoga está desplegando en pleno siglo XXI, una manera exclusiva de potenciar los propios recursos físicos, energéticos y mentales, dándose cuenta de si aquello que se le propone sirve, directamente, al desarrollo de la propia sensibilidad. Sensibilidad en el sentido de autoconocimiento y autoindagación.

Creo que no hay nada más adecuado para establecer un vínculo consciente con uno mismo (objetivo más inmediato del Hatha Yoga) que el contacto con el propio cuerpo, sus límites, su realidad, sus necesidades, sus riesgos, sus miedos y sus expectativas.

Qué es el Hatha Yoga

 Desde mi punto de vista, todo lo que se propone como Hatha Yoga, si tan sólo obedece al adiestramiento del cuerpo y la mente como objetivos “per se”, deberían llamarse de otro modo. Sin embargo, también creo que todo aquello que ofrece la posibilidad de desarrollar la sensibilidad que lleva al autoconocimiento y al crecimiento interior, a través del cuerpo y la mente, sí merece ser llamado Hatha Yoga.

En base a esta consideración, es muy importante que todos podamos acercarnos a los numerosos estilos de Hatha Yoga que conviven hoy en día, con una clara visión de aquello que buscamos. Así, podremos seleccionar la propuesta que debe permitir que cada practicante encuentre el camino más adecuado a su manera de ser, sus recursos físicos y su vida en general.

Los principios más relevantes del Hatha Yoga

Hay algunos principios que podemos considerar relevantes a la hora de sentir y decidir si el Hatha Yoga que recibimos es adecuado a nuestras características personales y a las necesidades que albergamos en cada momento.

Obtener Comprensión

La práctica de Yoga tiene que desarrollar en cada persona los suficientes mecanismos de percepción para establecer si los movimientos o las posiciones que se proponen en una clase están mirando al beneficio integral del ser. Entender las implicaciones que tienen en uno mismo es escuchar las respuestas del cuerpo a través de la respiración, las tensiones, los cambios que procuran o, simplemente, el modo en que la propia energía se acomoda a ellas o las rechaza.

Alineamiento estructural

Un alineamiento estructural permite conseguir el equilibrio con menor esfuerzo muscular y una mayor estabilidad, favoreciendo la circulación, el espacio interno y el flujo energético. La importancia del alineamiento no solamente mira a la ejecución correcta de una postura, sino que busca desarrollar la conciencia del propio cuerpo desde la experiencia interior.

 Incrementar la Inteligencia del cuerpo

Hay una clara evolución interior, cuando se buscan los ajustes de una postura o de un movimiento, que genera un despertar a lo profundo que vive dentro de cada uno; una evolución que se experimenta en todos los niveles: físico, intelectual, psicológico, mental y espiritual.

El objetivo, como señala el maestro Iyengar es «la armonía en el hacer y en el sentir», que llega desde la intimidad con las propias sensaciones y de ello, una inteligencia escondida que nace desde la integración del cuerpo, la mente y el Ser Interior. Es difícil ponerlo en práctica ya que supone alcanzar una práctica carente de tensiones y basada en la propia naturaleza como fuente de sabiduría.

Reencuentro con el sentido de Unidad

¿Dónde están las fronteras que separan el cuerpo, la mente y el espíritu?

¿Dónde empieza uno y termina el otro? El Yoga es un sistema integrado en el que uno puede ir del cuerpo al alma o al contrario y también puede permanecer en ellos al mismo tiempo.

Las expresiones del espíritu «se producen a través de la inteligencia, la conciencia, la mente y el cuerpo» A través de la práctica, se pone en funcionamiento el impulso energético y la acción estimulante del impulso vital.

Esta experiencia lleva a una comprensión profunda de los estados de fragmentación en los que se puede vivir; la propia práctica informa ampliamente sobre dichas fronteras cuando el cuerpo trabaja, una y otra vez, desde los bloqueos de sus partes, la fuerza muscular o la presión de unas partes que facilitan la acción de las otras. Sin embargo, practicar Hatha Yoga requiere, fundamentalmente, un trabajo hacia el sentido de unidad; unificar es integrar las partes, no dividirlas.

Generar Sensibilidad y Respeto

La sensibilidad y el respeto son el fruto de la comprensión, la inteligencia espontánea y el sentido de unidad. La práctica del Hatha Yoga es un proceso vital para cada uno, y con el tiempo, se modifica y se afina: se aprende a usar todo tipo de percepciones para sentir, no solamente lo que ocurre en el exterior del cuerpo sino también lo que sucede en el interior. «La mente crea un puente entre los movimientos musculares y los órganos de percepción».

A través de la percepción se crea sensibilidad y respeto; se aprende a distinguir y a analizar aquello que acontece sintiendo el interior del cuerpo. Es la acción que se desarrolla cuando se es capaz de crear un alargamiento o un estiramiento interior; un movimiento que es imperceptible desde fuera para un observador externo pero que llena de inteligencia y sabiduría una postura.

Expansión de la Conciencia

Hatha Yoga como camino de descubrimiento del propio ser integrado; como vía para el emerger del impulso vital y la luz que generan los potenciales inherentes a uno mismo. Hatha Yoga como propuesta para la autoindagación, la comprensión, el análisis, la reflexión, el alineamiento y la sintonía con uno mismo. Hatha Yoga como práctica hacia la sensibilidad y el respeto; hacia el sentido de unidad; hacia la integración y la totalidad.

Mayte Criado

Directora y Fundadora EIY