Vivimos un momento de máxima incertidumbre junto a la seguridad de que todo el mundo está sosteniendo en sus manos un corazón lleno de dolor y también lleno de confianza. El corazón de las mujeres.

Confianza en la bondad infinita del ser humano y profundo dolor ante la constatación de las guerras que, a día de hoy, se están incrementando peligrosamente, dejando miles de muertos, hogares destruidos, decenas de miles de refugiados y la amenaza de una ofensiva nuclear que nos deja conteniendo el aliento.

Nos encontramos en el mes de la mujer. No sé si estoy muy de acuerdo con esta celebración especial. Las mujeres con las que he compartido acerca de este día y yo misma, sentimos cierta incomodidad pero también podemos reconocer algo que conviene recordar; se trata de una expresión de respeto hacia las mujeres y su larga lucha por la igualdad, la inclusión y los derechos humanos y sociales.Dejando a un lado que esta fiesta se pervierte por la precipitación consumista, sería maravilloso encender una vela y pronunciar, cada cual en su pequeño mundo y su comunidad, las palabras que nombran la injusticia que sufren las mujeres en la mayor parte del mundo donde son objeto de maltrato, de humillación, de esclavitud y de tráfico de seres humanos. Son las guerras que no están de moda ni salen en los telediarios. Algunas se libran muy cerca de nuestras seguridades y de nuestra sociedad patriarcal, globalizada y moderna. Otras, las más, suceden silenciadas por países, religiones y gobiernos.Sería algo de mucho valor que cada cual tomara una pausa (unos minutos) para meditar y ofrecer la propia presencia a este hecho real.
Comparto contigo esta pequeña meditación en las celebraciones de la mujer.(Puedes tomar esta propuesta como una inspiración, así que cambia lo que sientas que es bueno para ti)– Te propongo encender una vela y acomodarte en silencio.– Toma algunos momentos para sentirte y sentir la respiración– Cuando estés preparado/a, conecta con la posibilidad de poner una intención auténtica y profunda (todo tu corazón) en desear internamente lo que sigue:

Que yo pueda mirarme con respeto y bondad.Que pueda aliviar las heridas y el llanto de mi corazón.

Que yo pueda mirar a las mujeres con respeto y bondad.Que pueda aliviar las heridas y el llanto de su corazón.

Que yo pueda mirar a todos los seres con respeto y bondad.Que pueda aliviar las heridas y el llanto del corazón del mundo.

– Busca en tu silencio interior el eco de estas frases y quédate el tiempo que consideres contemplando su realidad.