Estaría bien preguntarnos como espectadores/as, practicantes o profesionales del yoga, ¿qué es el yoga en la actualidad?

Evidentemente, la respuesta a esta pregunta ha ido cambiado con el paso del tiempo y ha hecho que evolucione el concepto y el campo. De una forma rápida, podemos afirmar que, originariamente, el yoga que se practicaba no se corresponde con la imagen que tenemos en la actualidad. Sin duda era, un camino espiritual, en el que, la práctica física era un elemento más.

Hoy en día, la mayoría de las personas podríamos identificar alguna escuela o linaje en el que se conserva la tradición, y que no se ciñe únicamente a la parte física; pero en realidad, estaríamos hablando de una pequeña parte del yoga que se practica.

Podríamos decir que hemos cambiado de una tradición, una espiritualidad, unas creencias, a un momento en el que el Yoga, en muchos casos, queda reducido a un plano físico. Esto puede verse claramente en la oferta de clases y lo que, por qué no admitirlo, muchas personas buscamos dentro de nuestra ajetreada vida.

Evidentemente, ya no acudimos a una clase de yoga con el objetivo de conseguir la iluminación, aunque en algunos casos, debido a la cultura del bienestar, esperemos escapar de nuestra problemática diaria. Aquellas personas que lo practicamos sabemos bien que la parte física puede ayudar a calmar nuestra mente. Y que nos puede servir como herramienta para trasladar la atención de la misma a la vida cotidiana, pero bajo ningún concepto va a arreglar el suspenso de nuestra hija o la discusión con nuestra pareja. Quizá nos pueda ayudar a afrontarlo con mayor serenidad, pero eso es algo que dejo para que descubran aquellas personas que todavía no practican esta, mal llamada “disciplina”.

Compartimos un vídeo de Swami Krishnananda, que pueda avivar un diálogo entre la tradición y la modernidad.