Esther de Frutos

Desde que era pequeña, tuve la certeza de que quería trabajar como administrativa, dirigí mi enfoque hacia la Formación de «Técnico Administrativo y Comercial» y cuando terminé mis estudios, cumplí mi sueño introduciéndome en el mundo laboral como administrativa, desarrollé mi labor en diferentes empresas durante más de veinte años, pero a menudo tenía la sensación de insatisfacción.

En mis actividades personales, casi a los veinte años de edad, hice mi primera práctica de Yoga, que incorporé de forma intermitente en mi vida. Esto me llevó a comprender algo que estuvo madurándose durante dieciocho años, pero que me sirvió para darme cuenta, de que el camino que había elegido en la rama de la administración, necesitaba un giro radical… y así hice, mi primer profesor de Yoga se convirtió en mi Maestro.

Desde el momento que comencé mi formación, hasta el día de hoy, donde ha pasado casi una década, he visto con claridad como el sendero del Yoga me ha llevado a lugares impensables dentro de mi ser y como sigo creciendo en mi consciencia sin límite. Siempre he estado en formación continua, y lo último en lo que me estoy especializando es: en Acroyoga, una disciplina que nos sirve para practicar Yoga entre varias personas, abriendo las puertas de la confianza y la conexión hacia el resto de los seres humanos con los que estamos practicando.

Actualmente, La Escuela Internacional de Yoga me ha dado la oportunidad de simultanear aquello que en su día me gustaba tanto – el área administrativa – y lo que hoy llena mi alma – el Yoga-.