Celebrando el Yoga, por Mayte Criado

El Yoga, una historia milenaria cuyo legado pone el énfasis en la capacidad del ser humano para evolucionar y alcanzar su autorrealización; un camino que se abre paso sobre el terreno de lo incierto, mirando hacia una trascendencia concebida como referencia posible para dar sentido a la vida.

El Yoga, una construcción que se rehace a sí misma en lo personal y se redescubre a pesar de lo superficial y lo fútil; una ruta para conducirse en la vida a través de los principios éticos universales que aspiran a elevar la conciencia y honrar nuestra condición humana.

El Yoga, un estilo de vida que logra un impacto social evidente y aspira a transformar nuestras comunidades a través de los valores de la bondad, la justicia, la libertad, la igualdad y la inclusión: un recurso ancestral cuya presencia en el mundo, anuncia nuevas oportunidades en la educación, en las relaciones, en el servicio y en la economía.

El Yoga, eso que se confunde con las marcas, el marketing de guerra, el postureo, el exhibicionismo y los retos psicofísicos; eso que se utiliza para arrastrarnos a la vorágine del consumismo y nos atrapa en las imágenes de cuerpos increíbles, posturas contorsionadas y modas absurdas.

El Yoga, eso que queda cuando desnudamos la verdad de lo que somos, en la intimidad, en el silencio, en nuestros corazones, en la profundidad de la vida; eso que se nos propone para prepararnos a responder al momento presente, a la realidad que nos presenta la vida a cada paso.

El Yoga, en resumidas cuentas, una manera de estar y ser en la propia existencia; un modo de referenciarse a todo lo que nos hace luminosos, una enseñanza que abarca todos los planos del ser, una forma de conocerse y tratar con lo que somos.

Para esta celebración, en la Escuela Internacional de Yoga, renovamos nuestro compromiso:

Celebramos la diversidad en la unidad de todas las perspectivas, estilos, tradiciones y linajes de Yoga.

Yoga es Integración. Así, las escuelas, los/as maestros/as, los estilos, las propuestas, la diversidad de transmisión, son bienvenidos/as para el Yoga. El Yoga no es conceptual. Todas las experiencias personales son válidas y adecuadas al Yoga, cuya dimensión siempre ha sido y será.
El Yoga sigue siendo Yoga cuando incluye dichas experiencias sin perder su genuino objetivo de transcendencia. Esto significa que, en nuestro proceso interno, algo se despierta simplificándose, universalizándose y realizándose en la unidad.

Recordamos que las propuestas del Yoga deben ser prácticas de alta calidad, seguras, accesibles y equitativas.

Fomentamos una Instrucción segura del Yoga basada en el compromiso ético y la responsabilidad de quienes ofrecemos sesiones cada día.

Practicamos un buen Yoga si la técnica que se nos propone respeta el propio cuerpo, sus limitaciones, nuestro proceso gradual, tanto físico como emocional y energético, y generamos con la práctica, equilibrio a todos los niveles.

Recordamos que es indispensable que el buen profesorado de Yoga respete la individualidad, la vida, las ideas y las inquietudes de los practicantes; que fomente la libertad y el amor; que sepa transmitir los conocimientos necesarios para emprender un trabajo honesto de transformación dentro del proceso natural y humano de cada individuo.

Cultivamos la excelencia, la calidad, la integridad, la inclusión, la educación y la seguridad en el Yoga.

Nos esforzamos para hacer de nuestra experiencia individual de Yoga, un espacio compartido, seguro y libre.

El Yoga es también un camino de liberación. Liberación en todos los niveles. Desde lo físico, tensiones y resistencias en el cuerpo, hasta las complicaciones existenciales, incluyendo las parafernalias de la espiritualidad mal entendida. La práctica de la Meditación libera de las dependencias emocionales y/o vitales y ayuda a estar presentes en las limitaciones y las circunstancias que despliega la vida. Proporciona la reconciliación con nosotros/as mismos/as.

Se hace necesaria, más que nunca, una Formación de Profesores/as de Yoga capaz de abordar las motivaciones de los/as practicantes de hoy día; un tipo de atención que nos requiere para desarrollar claridad, equilibrio y profundización.