Yoga y sentido del humor son dos términos que, a primera vista, parecen tener poco en común. Sin embargo, una mirada más profunda nos muestra que esta disciplina y esta actitud pueden trabajar juntas con una sintonía muy especial.

Se habla del “sentido” del humor como si fuese el tacto o la propia vista y así lo denominamos sentido de la vista o del tacto. Una palabra, “sentido”, que hace referencia a una capacidad sensorial, la capacidad de encontrar una nueva perspectiva de la vida, incluso en las situaciones más difíciles. El órgano del humor probablemente sea el cerebro que elabora rápidamente, una estrategia muy humana para comprender la realidad cuya expresión son la sonrisa y la risa. Un acto que nos diferencia de todo ser vivo Henri Bergson fue un filósofo francés que vivió a finales del siglo XIX y principios del XX. Es conocido por su teoría del humor, que es una reflexión profunda sobre el papel de este en nuestras vidas.

Para Bergson, el humor es una forma de reírse de la rigidez y la inflexibilidad que se encuentran en el mundo. El humor nos permite ver la vida desde una perspectiva diferente, rompiendo con nuestras expectativas y obligándonos a reconsiderar la situación en la que nos encontramos.
Una de las ideas principales de Bergson es que el humor se produce cuando hay una desconexión entre el cuerpo y la mente. El cuerpo, según Bergson, es mecánico y tiende a repetir los mismos patrones una y otra vez. La mente, por otro lado, es creativa y puede romper con estos patrones.

Cuando el cuerpo y la mente no están sincronizados, se produce una tensión que puede ser muy divertida. Esta tensión puede aparecer en situaciones en las que se espera que alguien se comporte de una manera determinada, pero actúa de una forma completamente diferente. También puede aparecer en situaciones en las que las expectativas del público y el comportamiento real de una persona no se alinean.

Bergson también afirma que el humor tiene un efecto liberador. Nos permite escapar temporalmente de las restricciones de la sociedad y ver el mundo de una manera más abierta y creativa. Al reírnos de nosotros mismos y de los demás, nos damos cuenta de que no todo es serio y solemne, y esto nos ayuda a encontrar un equilibrio en nuestra vida.

Juntos, el yoga y humor pueden ayudarnos a afrontar dificultades de una manera más efectiva y a mejorar nuestra salud general. De esta manera aquietamos la mente y como defendían varias filósofxs vitalistas, nos hace olvidar nuestra existencia mortal, nos prepara para la muerte. Hermosa conexión con los antiguos Hatha Yoguis que entendían el yoga, entre otras cosas, como una preparación para la muerte.

La risa y el yoga tienen beneficios similares en nuestro cuerpo y mente

La risa libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, que nos hacen sentir mejor. El yoga, por su parte, ayuda a reducir el estrés y la ansiedad, aliviando la tensión muscular y mejorando la respiración.

Cuando combinamos el yoga y el humor, obtenemos un resultado poderoso que influye en la actitud ante la vida porque reconecta el cuerpo y la mente aflorando un tipo de comunicación más consciente. Además, las clases de yoga que incluyen una dosis saludable de humor pueden aportar humanidad al profesorado y tocar el corazón del alumnado. Hay incluso quienes proponen clases específicas donde los estudiantes se ríen, cantan y realizan ejercicios de respiración y estiramientos mientras se divierten y es conocido como el Yoga de la risa.

La risa en el yoga puede provenir de varios lugares. Hay profesorado de yoga que utiliza chistes o juegos para romper el hielo y establecer una atmósfera relajada. Otros animan a los estudiantes a reírse de sí mismos y de sus errores mientras practican yoga. También existen ejercicios específicos de yoga de la risa que involucran movimientos y sonidos diseñados para fomentar la risa y la alegría. Pero el verdadero sentido del humor que caracteriza al yoga se desarrolla a través de la claridad de la mente, que nos permite una mirada renovada ante la realidad de la vida y nos ofrece los espacios que necesitamos para generar en nosotros una actitudes más livianas y humanizadas.

Además de los beneficios para la salud física y mental, el yoga de la risa también puede mejorar nuestras relaciones sociales. Reírnos juntos nos une y nos ayuda a crear vínculos más fuertes con los demás. También nos permite dejar de lado el ego y la vergüenza, y simplemente disfrutar del momento presente.

En resumen, el yoga de la risa puede ser una manera poderosa y efectiva de mejorar nuestro bienestar general. Todos/as podemos beneficiarnos de una dosis saludable de humor en nuestras vidas y en la práctica de yoga.

Además, en el silencio y en la risa, a mi modo de ver, surgen aprendizajes profundos, así como transformaciones de calado vital permitiendo no sólo liberarnos de los condicionamientos del propio ego o de las tensiones que acumulamos diariamente, sino también inocular cambios importantes en nuestras vidas. Pueden ser cambios no estén sostenidos únicamente por la disciplina, la repetición y el sacrificio, sino por un aprendizaje lúdico, alegre, improvisado y desprovisto de formalidad.

En la Escuela Internacional de Yoga gran parte del profesorado es consciente de todo esto y lo aplica en la Formación y en las clases al lado del silencio y de la concentración; como un ingrediente esencial del camino de transformación.

Javier Ercilla. Profesor de Hatha Yoga, especializado en AcroYoga y en Yoga de la risa.