«El poder de un simple OM»
por Laura Cantillo

La música es esa acompañante silenciosa que está presente en múltiples facetas de nuestra vida, de forma consciente o inconsciente. Pero, ¿nos hemos preguntado por qué? ¿En qué medida afecta a nuestro desempeño diario? La melodía, el sonido musical y, en su versión más simplificada, los tonos y acordes, están presentes en nuestro cotidiano de forma inherente. No concebimos ver una película que no tenga banda sonora original, una comida en un restaurante sin hilo de fondo o, incluso, en una clase de Yoga.

Si tuvieras que pensar en una melodía o canción que te representase, ¿cuál sería? ¿Qué música está presente cuando vas a estudiar, relajarte o divertirte? ¿Has probado alguna vez a escuchar música mientras trabajas? ¿Has oído algo en relación a la música durante el embarazo?

Se han realizado multitud de estudios relacionados con el efecto de la música en el campo de la neurociencia y, lo que antes intuíamos que era algo beneficioso para nosotros/as en algunos aspectos, ha quedado demostrado que es plenamente eficaz para entrenar a nuestro cerebro de forma holística, mejorando su interconexión neuronal en ámbitos como la memoria, la emoción, la atención y la comunicación interpersonal (Oriola S, Gustems J, Navarro M., 2021).

No es extraño entrar en una clase de Yoga o Meditación hoy en día y encontrar un hilo musical de fondo que acompaña la práctica, pero este tema es bastante controvertido y existen corrientes que la incluyen en las sesiones y otras que prefieren el silencio. Sea como fuere, es interesante ver cómo se han analizado diferentes beneficios del uso de la música dentro del ámbito de la motricidad y el deporte (tan lejos y a la vez cerca de lo que las personas practicantes entienden sobre lo que es o no una clase de yoga). Touriñán y Longueira (2010) identificaron que cierto tipo de música, a nivel cognitivo, suponía, entre otros beneficios, una ayuda en el control del flujo respiratorio y una potenciación de los mecanismos de relajación. Estos hallazgos quedan respaldados por el estudio de Salimpoor V. y cols., 2009, que manifestó cómo cuando se escucha o se interpreta una música placentera, aumenta de nivel de la serotonina o la dopamina y la reducción del estrés que viene de la mano de la producción de la adrenalina.

Además, también se ha observado cómo con la escucha musical continuada en el tiempo se desarrollan en mayor medida las funciones asociadas al mantenimiento y fomento de la atención sostenida (Trainor LJ., 2009). Del mismo modo, la práctica del canto incentiva este proceso. La necesidad del cerebro de prestar atención a la melodía provoca que ésta se vaya entrenando progresivamente y mejore notablemente.

A la vista de todos estos estudios, podríamos concluir que el trabajo sobre el impacto de la música a nivel neurocientífico y holístico está en ciernes y que tiene un potencial de crecimiento muy grande. Es interesante valorar cómo algo tan insignificante en apariencia, como es el poner una determinada música en una clase de yoga o cantar un mantra inicial o final, podría estar favoreciendo algunos de los procesos que tan ansiadamente buscamos: La atención focalizada y sostenida y el decremento del nivel de estrés y aumento de la relajación.

En esta ocasión, dejamos multitud de interrogantes abiertos para indagar, explorar y avanzar en nuestra labor como profesores/as de yoga. ¿Hasta dónde pueden penetrar estos beneficios en nuestra clase? ¿Podemos favorecer el desarrollo de la atención consciente, el estar en âsana, el contacto con nuestra propia respiración o la relajación? Porque, ¿qué posibilidades se abren con el canto de un simple Om?

Referencias:

Oriola S, Gustems J, Navarro M. La educación musical: fundamentos y aportaciones a la neuroeducación. JONED. Journal of Neuroeducation. 2021; 2(1): 22- 29. doi: 10.1344/joned.v2i1.31576

Salimpoor V, Benovoy M, Longo G, Cooperstock J, Zatorre R. The rewardind aspects of music listening are related to degree of emotional arousal. PLoS ONE. 2009; 4(10).

Trainor LJ, Shahin AJ, Roberts LE. Understanding the benefits of musical training: effects on oscillatory brain activity. Annals of the New York academy of sciences. 2009; 1169(1): 133-142.

Touriñán, J., & Longueira, S. (2010). La música como ámbito de educación. Educación «por» la música y educación «para» la música. Teoría de la Educación, 22(2), 151-181. https://doi.org/10.14201/8300