Hola Namasté!! 

Mi nombre es Laura y soy profesora de yoga desde unos años. 

El yoga entró en mi vida hace 25 años cuando era niña, siempre lo practicaba como un hobby después mis obligaciones, nunca pensé que me llegaría a cambiar la vida como después lo hizo. 

Después de 12 años trabajando como arquitecto técnico, y teniendo mi propia empresa con trabajadores a mi cargo, tras mucho estrés, ansiedad y enfermedad, probé distintas cosas para intentar estar mejor, pero nada me funcionaba. 

Un día alguien me dijo que el Reiki le había ayudado mucho a nivel interior y a reducir los niveles de ansiedad, así que, aunque no creía mucho en ello decidí probarlo, no tenía nada que perder, con la grata sorpresa de que funcionó, asi que me fui formando en los distintos niveles que hay, no solo para ayudarme a mí, también para ayudar a todo el que lo precisara de manera altruista. 

Después de un tiempo comprendí que el Reiki y el yoga tenían relación, el yoga que practicaba por esa época era muy físico, egocéntrico y lesivo… pero tenía ansias de seguir profundizando y de pronto un día investigando encontré la Escuela Internacional de Yoga. 

Me apunté sin pensarlo al nivel de instructor, simplemente para crecimiento y desarrollo personal, y cuando comencé y empecé a conocer a mis tutores y profesores, Mayte Criado, Javier Ercilla, Rocío López, Conchi Moreno (mis referentes) y muchos más, me di cuenta de que el yoga va más allá del concepto que tenía. Ellos sembraron el mí la semilla del cambio y seguí profundizando en esta disciplina con ellos, caminando a su lado en este viaje sin final.  

Seguí mi formación con ellos 2 años, no fue nada fácil, soy madre soltera y me levantaba a las 5 de la mañana y me acostaba a la 1 para sacar mi empresa adelante, a mi hija, formarme como profesora de yoga y tener también tiempo para mi auto práctica y para dar clases, y fue entonces cuando decidí dejar un trabajo estable y bien remunerado, para dedicarme a lo que de verdad me llenaba… La enseñanza del yoga. Porque uno de mis valores fundamentales es ayudar a las personas. Y qué mejor manera de hacerlo que guiando a mis alumnos en la búsqueda del equilibrio mente-cuerpo-alma. 

Desde entonces he dado clases de yoga en varios centros y a domicilio, y con la pandemia creé mi estudio online, pero no era suficiente, sentía que tenía que hacer llegar el yoga no solo a los alumnos que se apuntaban a mis clases, tenía que hacer algo más y entonces me formé como formadora de formadores para poder formar profesores en esta disciplina tan enriquecedora. 

La vida me ha llevado a conocer a personas que están en mi misma situación y a día de hoy nos hemos juntado para crear y formar nuestra propia escuela de formación. Estamos muy ilusionados de habernos conocido y de lo que estamos creando. Hay que hacer llegar el yoga a todo el que quiera saber y entender lo que de verdad es. El yoga es la vida misma, no solo son âsanas en la esterilla, es una actitud, es el estilo de vida que debería implantarse desde que somos pequeños. 

Gracias a la Escuela Internacional de Yoga y al equipo que lo forma y a mis compañeros de formación, hoy puedo decir que he encontrado mi camino, que estoy donde tengo que estar y haciendo lo que tengo que hacer, pese a muchas veces las incertidumbres y a las caídas, hay que levantarse y seguir adelante. 

Muchísimas gracias a todos por formar parte de mí y por haberme mostrado este camino.