Yoga versus Arte

Yoga versus creatividad. Son tres términos que viven profundamente conectados según hemos podido entender a través de su legado. ¿Qué tiene que ver el Yoga con el arte? O ¿Cómo influencia en la creatividad y en la capacidad de percibir con mayor conciencia?

Yoga y creatividad son dos términos que están profundamente conectados, y su relación puede influir en la creatividad y en la capacidad de percibir con mayor conciencia. A través de la práctica del yoga, se puede lograr una mayor conexión entre el cuerpo y la mente mediante posturas, técnicas de respiración y meditación. Esto puede mejorar la flexibilidad, fortaleza y equilibrio físico, y la mente puede entrenarse en la calma que alimenta los estados de conciencia para obtener una percepción clara.

La práctica regular del yoga también puede ralentizar las ondas cerebrales, lo que permite generar soluciones, ideas y respuestas centradas. De hecho, algunos estudios científicos han demostrado una correlación entre la meditación y el estado de alerta, que puede permitir la generación de soluciones creativas e innovadoras.

La práctica de Yoga requiere un tipo de acción centrada capaz de regular la fuerza y la relajación como si fueran inseparables. Cuando se relaja el cuerpo, también la respiración cambia su ritmo formando una red silenciosa que va generando más y más conexiones. La actividad incluso física se transforma. La exploración de las sensaciones presentes sucede por sí misma. No solo los/as grandes yoguis han demostrado que estos estados del cuerpo y de la mente afloran capacidades creativas en el ser humano, también la ciencia ha evidenciado sus resultados en relación con el flujo de energía creativa. La creatividad de la que habla el yoga se llama shakti y considera que vive latente en la naturaleza de cualquier ser humano; un impulso vital que trasciende lo meramente físico y mental; es la corriente espiritual que inspira la vida. Para la ciencia, la creatividad es la capacidad de pensar sin condicionamientos y encontrar soluciones innovadoras a los problemas. Se aplica en cualquier ámbito de la vida.

Si de verdad buscamos la realización personal, la única forma es yendo hacia lo profundo del nosotros/as mismos/as. Solo los estados de calma y serenidad en la mente pueden otorgar un viaje en el que una persona está profundamente relajada pero claramente consciente de su mente y de las sensaciones del cuerpo. También es posible obtener estados similares durante la acción en la práctica del Hatha Yoga igual que en la creación artística. No encuentro mejor manera de definir un yoga verdadero.

El arte es una expresión creativa que nos permite comunicar esa experiencia creativa.

Algo que va más allá de las palabras; un medio para la introspección y la reflexión, pero también para inspirar y motivar la propia vida y la de los demás.

Algo de ello ocurre en la práctica de asanas o en la impartición de una sesión de yoga. Al hacer posturas de yoga, podemos experimentar sensaciones y emociones únicas que nos permiten conectarnos con nuestro yo interior. Esto puede inspirarnos a explorar nuevos caminos y descubrir nuevas formas de vivir. La capacidad de aquietar la mente pensante también nos da acceso a una sensación conectada que proviene del silencio, la intuición y de un lugar de visión más profundo. Tanto la práctica de asana como de pranayama ayudan a impulsar el proceso creativo aumentando y redirigiendo el flujo de prana, la vida inteligente, a través de los canales de energía en el cuerpo. Cuando tomamos formas nuevas y expansivas con el cuerpo, estamos transformando la mente.

Si podemos ser más perceptivos en nuestra práctica de yoga, seremos más perceptivos en otras áreas de la vida, incluida la creación de arte. Al estar presentes atentamente en nuestra experiencia del momento, nos volvemos más conectados y sensibles, lo que nos permite expresar nuestra intención y todo lo que vive dentro de nosotros.

En resumen, la práctica del yoga y la creación artística son dos caminos hacia la realización personal que pueden estar profundamente conectados.

Un artículo de Mayte Criado