Nutrición, yoga y autoconocimiento
por Swami Krishnananda

El concepto de nutrición va más allá de ingerir alimentos para luego degradarlos y digerirlos en el organismo para ser asimilados a nivel celular y contribuir al mantenimiento de la vida en el cuerpo físico. Creo que es importante incluir, aunque la ciencia actual aún tiene pendiente su confirmación, la noción de Prana que según el Yoga es la energía primordial que subyace en toda creación y que se convierte en el nutriente principal del cuerpo físico, que lo recibe de las capas sutiles del ser humano. De acuerdo con esta perspectiva, la ciencia actual no comprende completamente cómo algunas personas han mantenido una buena salud durante períodos prolongados, incluso meses o años, sin seguir las pautas alimenticias convencionales.

Tomando como referencia la estructura del ser humano según el camino del yoga, que reconoce tres cuerpos: físico, sutil y causal, es fundamental entender que lo que llamamos nutrición afecta a estos tres niveles. Esta nutrición debe contribuir a canalizar el Prana para conectar los tres cuerpos, despertar experiencias que trascienden las limitaciones humanas y proporcionar sosiego, paz y comprensión de la vida. Además, los cuerpos sutil y causal tienen una nutrición diferente al cuerpo físico.

El cuerpo causal, considerado la sede del estado de Ananda o felicidad natural, se nutre principalmente de palabras, pensamientos y música. Por otro lado, el cuerpo sutil, asociado al yo individual y la estructura de los Chakras, se alimenta de pensamientos, emociones y sensaciones generadas por la mente. La práctica yóguica, especialmente a través de Hatha, Bhakti, Jñana y Raja Yoga, puede regular y armonizar esta nutrición, acercándonos a la capa de la felicidad incluyendo en la vida más Sattva (lucidez, equilibrio y conocimiento de lo sutil), reduciendo Rajas (exceso de actividad mental y física) y disminuyendo Tamas (letargia, pereza o inconsciencia).

En cuanto al cuerpo físico, que se nutre del Prana a través de alimentos sólidos y líquidos, sol, aire y ejercicio adecuado, es esencial adoptar una alimentación sátvica que alinee esta nutrición con los otros dos cuerpos para experimentar una mejor salud física y mental. La práctica de Hatha Yoga incluye también una excelente nutrición para el cuerpo físico a través de la relajación en savâsana.

La atención especial a la respiración consciente, fundamental en todas las prácticas, contribuye a asimilar los cambios pránicos según las diferentes prácticas realizadas.

Centrándonos en la nutrición del cuerpo físico, es necesario considerar que la comida, además de aportar nutrientes químicos, actúa como Prana alimentando el cuerpo sutil y, a su vez, afectando los procesos físicos cerebrales en estado de vigilia y de sueño. Desde la perspectiva del yoga, se aborda frecuentemente cómo los alimentos afectan la mente y pueden facilitar o dificultar las prácticas y las capacidades cognitivas para entender la vida.

Desde la visión yoguica, se recomienda una alimentación lo más sátvica posible, reduciendo la ingesta de alimentos tamásicos y rajásicos para favorecer la digestión por medio de Agni, el fuego digestivo capaz de transformar las toxinas y eliminar los deshechos con el fin de que permanezcan poco tiempo en el organismo.

Los alimentos sátvicos, como frutas, vegetales, lácteos, cereales y frutos secos, aumentan la vitalidad y la lucidez mental y alejan las enfermedades.

Por otro lado, los alimentos rajásicos, como carne, alcohol, ajo, cebolla, comidas saladas, frituras y alimentos estimulantes, propician una mente inestable, inducen los apegos y las pasiones.

Los alimentos tamásicos adormecen los sentidos y la mente, atraen la enfermedad y dificultan el progreso en el Yoga. Algunos alimentos recalentados, los productos procesados y los conservados por mucho tiempo son considerados perjudiciales según el Yoga.

Aunque esta guía yóguica es importante, lo que más me ha enseñado a integrar el Yoga en mi vida ha sido poder liberarme de todo dogma y afirmación absoluta sobre lo que puede ser bueno o perjudicial para una persona en relación con los alimentos que ingerimos. Quizás la razón principal sea que la propia actitud mental no solo puede bloquear el proceso de asimilación del alimento, sino que además impide el alineamiento con la realidad que la vida me presenta. En este sentido, el Bhaktti Yoga y el Tantrismo me han enseñado a incluir aspectos ceremoniales que se resumen en la actitud consciente a cada momento y en vivirlos como una oportunidad única para la experiencia de lo que soy en verdad con mis límites y mis potenciales

Hay dos elementos principales que condicionan la elección de los alimentos y la manera de tomarlos:

La compresión de la propia constitución del cuerpo físico. Incluso la ciencia del Ayurdeva ofrece enseñanzas sobre los efectos de tomar alimentos de origen animal o vegetal y otras variables asociadas con la combinación de los nutrientes, las proporciones, su preparación y cocinado la hora de tomarlos. Hasta la actitud de la persona que cocina puede condicionar los efectos de los alimentos.

La propia Sadhana, es decir, la práctica y la integración del Yoga en la vida, desde el Hatha Yoga vivido en la esterilla, el Karma Yoga o la acción en relación a los compromisos con la sociedad, o el Bhakti Yoga, la gestión de las emociones y el Jñana Yoga, las reflexiones adecuadas, son una verdadera guía directamente relacionada con la forma de alimentarse y con la meta del Yoga. La forma en la que nos alimentamos puede ir a favor o en contra de la propia Sadhana. Por ejemplo, en la sociedad en general el exceso de bebidas de cola y café actúan para compensar la falta de energía que ofrece la llamada “comida basura” que no es fresca y esta mantenida con conservantes químicos.

El acto de comer, al ser una acción instintiva y estar afectado por los estados mentales y el ambiente en el que se comparte con otras personas, puede convertirse en algo muy mecánico y rajásico. Una forma de evitarlo y regularlo es tomar un momento de silencio previo o alguna invocación. También es conveniente masticar correctamente ya que la digestión empieza en la boca. Incluso es recomendable comer en silencio. Ello puede contribuir a cambiar el hábito bastante generalizado de comer en exceso, lo que además de atraer enfermedad, es un obstáculo para el éxito en el Yoga.

Debido al paso del tiempo, el cuerpo físico va perdiendo capacidad de asimilación de los alimentos y éstos han de modificarse y adaptarse, así como las prácticas de Yoga han de adaptarse también.

En mi conclusión quiero compartir mi descubrimiento sobre que el principal nutriente es la conciencia del amor, en otras palabras, el reconocimiento de que el Prana en su vibración más alta conecta e integra los 3 cuerpos nutriéndolos y trascendiéndolos en la comprensión completa del sentido de la vida. OM TAT SAT.