En la India, las personas viajan miles de kilómetros para consultar a un hombre santo, sacerdote, rishi, o a un monje budista, guiándose por su percepción intuitiva. Surcando montañas y ríos, imagina que tuvieras la oportunidad de mantener una breve conversación con él. ¿Cuáles serían esas preguntas? Lo más seguro es que la primera fuese: “¿Cuál es el propósito en mi vida?”, y probablemente la segunda fuese: “¿De qué va la vida? ¿Cuál es el significado de todo esto?”.

Quizá te sorprenda lo que voy a compartir contigo. El propósito de la vida que buscas no está en ningún oráculo y ni tampoco está en la sala de meditación o en alguna respuesta de algún gurú o sacerdote. La mayor inspiración que puede ocurrirle a un ser humano es llegar a ser consciente intuitivamente del propósito de su vida y vivirlo. Y para llegar a ser consciente de nuestro propósito es importante romper paradigmas mentales lógicos llenos de teorías y creencias incuestionables sobre cómo vivir la vida, y así aprender a relacionarse con el mundo de una forma fresca, nueva, desde una percepción intuitiva desde dentro hacia fuera.

La idea de romper paradigmas comienza desde el momento en que se decide cambiar la vida de confort a extraordinaria; desarrollar la conciencia nos permite ampliar la percepción intuitiva que transciende la lógica personal y colectiva, liberando así nuestro máximo potencial interior.

Cultiva tu Percepción Intuitiva

La Historia de la Ciencia nos ofrece ejemplos donde observamos cómo asunciones o creencias “mentales” son abandonadas una detrás de otra por arriesgados científicos y artistas. Ellos cultivaron su percepción intuitiva, siendo aceptados sus descubrimientos por las masas como otro paradigma más. Un ejemplo es la utilización de la madera, en lugar del hierro, durante los siglos XVI y XVII para construir barcos creyendo que este material flotaba y no que era fruto del vacío de aire entre los cuerpos. Otro paradigma desterrado es que el Universo era mecánico y previsible – tal como postulaban las leyes de Isaac Newton -, demostrando años después Albert Einstein que se trata de un Universo relativo, donde la materia no se ve como sólida sino como energía.

Una situación similar ocurrió con Giotto, quien, en el año 1300, en pleno Renacimiento, introdujo intuitivamente en sus pinturas la perspectiva matemática. Esta percepción intuitiva creó un ambiente intelectual que hizo posible que Kepler descubriera las órbitas elípticas de los planetas 300 años más tarde.

Charles Darwin dibujó tres veces la imagen del árbol de la vida en su cuaderno de notas, amplificando la tercera considerablemente de forma intuitiva y ahí “vio” su profundo significado. De este modo empezó a interrelacionar con distintos problemas evolutivos. Una nueva perspectiva empezó a tomar forma y nació la teoría de la evolución.

Las situaciones anteriores representan algunos ejemplos. Descubrir tu propósito de vida es descubrir una vida extraordinaria, inspiradora. La intuición consciente resulta clave para descubrir el propio propósito y nace del desarrollo de la conciencia, al igual que la fuerza física nace del desarrollo del músculo, haciendo que, para el desarrollo de la conciencia, y en consecuencia el aumento de su visión, la meditación sea “sus pesas”.

Expande tu Intuición

Aquellos que desarrollaban la percepción intuitiva a través de prácticas meditativas como el arte o la contemplación se dieron cuenta de que sus mentes lógicas interfieren en su comprensión y percepción de la realidad. Rompieron paradigmas de pensamiento lógico a través de una mayor intuición consciente. Los grandes descubrimientos de Einstein estaban basados en una intuición directa de la física. Él decía a sus contemporáneos: “No hay forma lógica para el descubrimiento de estas leyes elementales. Sólo existe el camino de la intuición”. Véase esta cita suya: “La óptica del movimiento se me ocurrió a través de la intuición”.

Hoy, la física cuántica nos dice que el observador altera lo observado, el pensador altera el pensamiento. A la ciencia le resulta necesario explicar la experiencia subjetiva de la conciencia y ese análisis exige un estudio en primera persona. Ya no se puede limitar sólo a observar el mundo y a encontrar nuevas respuestas, implica un esfuerzo personal de transformación para romper paradigmas mentales.

La intuición consciente aplicado a la vida es igual a lo que nos dice la teoría del caos; cuando la vida parece estar complicándose, un nuevo orden inteligente está a la vuelta de la esquina. Músicos, pintores y poetas siempre han sabido que la belleza nace de un aparente caos creativo para después crear algo mágico. Están abiertos a lo que sucede, no se cierran a querer hacer las cosas de una forma. A través de actos espontáneos mantenemos unida la sociedad y, sin embargo, muchos de nosotros no nos sentimos creativos en la vida, siendo rutina y mecánica como el Universo de Newton.

Expande tu libertad de pensamiento

Nuestra mente está obsesionada con el control y el poder; tiene miedo a equivocarse; tiene deseo de permanecer en zona de confort; tiende a un repetitivo hábito de tener placer y evitar aquello que nos causa vulnerabilidad; tiende a encerrarse a un tipo de pensamiento o tiene la firme convicción de que existimos separados del resto. La nueva física y la práctica meditativa nos enseña que un cambio de paradigma revolucionario pasa por expandir nuestra libertad de pensamiento. Ahí somos creativos, intuitivos.

El cambio de percepción pasa de un yo aislado, de una conciencia individual anclada en la mente lógica a una conciencia del nosotros, holística y de percepción intuitiva. Nuestro “yo” no sólo es la suma de nuestros pensamientos, máscaras, experiencias, conocimientos, memoria y de toda una compleja serie de capas, sino también la percepción amplia que toca ese lugar mágico donde el “yo” también es el “no-yo”, o si lo prefieres, aquello más amplio que nos conecta con el “yo del mundo”. Todo está interrelacionado. No se pueden percibir las cosas intrínsecamente divididas, estáticas y desconectadas. Desde la conciencia y su percepción intuitiva encontramos nuevas formas de pensar, observar y de vivir.

El poeta francés Paul Valéry expresaba que ninguna pieza de arte está completa, sólo abandonada. El pintor francés Marcel Duchamp siempre bromeaba que sus obras estaban “definitivamente incompletas”. Ser creativos está muy relacionado con esta forma de vivir. Ser irracionales está en el corazón de la lógica mental y del cosmos. En nuestra sociedad post-moderna el tiempo se ha convertido en mecánico, impersonal, exterior, y desconectado de nuestra experiencia interior. Sin embargo, desde los “ojos” de la intuición, el tiempo es una energía del Universo, un río por el que navegar, un proceso que nunca acaba mientras nos guía a hacer aquello que jamás hubiéramos imaginado.

Toma conciencia de tus Paradigmas Inconscientes

Cuando no rompemos los paradigmas mentales que la sociedad postmoderna nos ha inculcado y no permitimos a la intuición consciente emerger nos complicamos mucho la existencia buscando respuestas, vivencias o cosas para llenar un gran vacío interior. Sin darnos cuenta la mente lógica busca ese significado ya sea en un libro, en una teoría científica, ya sea en un autor de moda, o incluso la buscamos en la tranquilidad o en el hecho de querer tener una relación estable. El “caramelo del buscar” sigue siendo el mismo, si no es de ese sabor será otro. A través de esa búsqueda incesante sobre el propósito de la vida llegamos incluso a creer que nuestra forma de pensar es la equivocada y que por ello las conclusiones de otros son más acertadas que las nuestras, empezando a integrar sus paradigmas.

También empezamos a ver la vida como una lucha agobiante y continua que nunca acaba: recibos por pagar, educarnos una otra vez con nuevos conocimientos para manejarnos con las nuevas tecnologías; aprender nuevas aplicaciones; leer frases que nos inspiran; o estar de acuerdo con ciertas teorías atractivas y defenderlas o hacer lo posible para llegar a fin de mes.

Toma conciencia de tus Evasiones Espirituales

Cuanto más nos adentramos en esa búsqueda que no nos llena, tarde o temprano nos encontramos con la espiritualidad ya sea a través del Yoga, del Budismo Zen o de cualquier otra tradición milenaria y empezamos a escaparnos de todos aquellos sentimientos difíciles de incomprensión hacia la vida buscando refugio en lo espiritual. A través de la disciplina espiritual intentamos llenar de sentido nuestra vida, con la esperanza de cambiarla, de hacerla mejor, más completa, más satisfactoria, más feliz.

El nuevo caramelo ya no se llama “fulano o fulana” o un “nuevo autor o líder político” que podría llenar la vida de esperanza, ahora se le llama “iluminación, crecimiento personal o realización espiritual”. Los psicólogos lo definen como evasión espiritual. Nos refugiamos en la práctica espiritual porque nos aterroriza enfrentarnos a nuestros propios paradigmas tan bien estructurados ya sean heredados o impuestos por la sociedad o incluso por la misma tradición espiritual. Nuestra mente está condicionada de paradigmas, de “ideales a alcanzar”, y que llenan nuestra actitud con “deberías” y “tendrías”. Incluso hemos aprendido a evitar aquello que nos podría hacer daño o aquello que podría tener malas influencias, en constante alerta para proteger a nuestro “yo”.

Algunos recurren al humor o a la sonrisa para disimular lo insoportable que es estar con uno mismo, buscando nuevas vías de escape. Nos anestesiamos al evadirnos, dejamos de cuestionar lo que nuestra mente cree y nos conformamos. A esta evasión espiritual se la puede compaginar con otras formas de evasión como beber cerveza en exceso, tener sexo en exceso, ir de compras en exceso, bucear por la web en exceso, ver televisión en exceso o ir de compras y comprar aquello que realmente no necesitamos. Todos hemos aprendido a relacionarnos con la vida de esa forma.

Denis Criado
Formador de Mindfulness y Estudios de la Conciencia